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Protección del patrimonio en tiempos de incertidumbre

Publicación original en Forbes Centroamerica


El mundo ha cambiado y existe un gran riesgo en la incertidumbre en la que vivimos. Pero esta situación no es de preocupar para aquellas personas con visión de futuro que ya han tomado medidas para proteger sus activos y estilos de vida ante lo desconocido. Es posible que ya tenga un plan de protección patrimonial y la crisis actual le haya llevado a revisarla. O es posible que aún no tenga un plan y, al enfrentarse a un aumento repentino de incertidumbre, se haya dado cuenta que lo necesita.


En cualquiera de los casos, es útil dar un paso atrás y revisar cuál es su estrategia de protección patrimonial y para qué está diseñada, ya que, así como evoluciona el mundo también debería evolucionar la misma. En este artículo, discutiremos y explicaremos cómo funciona la figura del fideicomiso y por qué debería de ser considerada en sus planes para proteger sus deseos, esperanzas, sueños y anhelos.


La pequeña diferencia que tiene un gran impacto - la esencia del fideicomiso.


Cuando pensamos en proteger nuestro patrimonio usualmente nos recomiendan estructurar una Fundación de Interés Privado (FIP), entidad que nos permite, entre otras cosas, constituir un patrimonio destinado exclusivamente a los objetivos o fines que en su acta fundacional se expresen.


Al igual que con una FIP, el Fideicomiso nos permite constituir un patrimonio separado, sin embargo, lo que diferencia principalmente una estructura de otra es el ente que ejecuta la voluntad de quien entrega sus bienes para constituirlos en un patrimonio separado del propio.


En el caso del Fideicomiso, dicho ente corresponde al Fiduciario quien deberá administrar y disponer de los bienes para cumplir con las finalidades determinadas por quien aporta los bienes, denominado el Fideicomitente, a favor de quien o quienes éste indique. Además, el Fiduciario tiene la facultad de intervenir con todos los derechos y atribuciones que le corresponde al Fideicomiso, de manera activa o pasiva, ante cualquier autoridad competente, en toda clase de procesos o trámites para la protección de los bienes que conforman su patrimonio.


¿Qué bienes puedo transferir al Patrimonio?


En relación con el Patrimonio, se pueden transferir al Fideicomiso bienes de cualquier naturaleza, presentes o futuros, lo que incluye sin limitarlo a, bienes muebles, bienes inmuebles, títulos valores, dinero en efectivo. Una vez transferidos los bienes al patrimonio, éstos se constituyen en un patrimonio separado de los bienes de quien los entrega y de los personales del Fiduciario y no pueden ser secuestrados ni embargados, salvo por obligaciones adquiridas por el Fideicomiso.


El traspaso de los bienes al patrimonio del Fideicomiso está exento de todo impuesto, contribución, tasa o gravamen, así como la devolución de dichos bienes a quien o quienes los hubiesen aportado originalmente.


¿Quiénes pueden ser Beneficiarios?


Los Beneficiarios pueden ser personas naturales o jurídicas. El Patrimonio usualmente se constituyen en: (i) beneficio del Fideicomitente, durante su vida; (ii) beneficio de su descendencia; (iii) beneficio de acreedores, respecto de los bienes que garanticen facilidades que le hubiesen sido otorgadas; (iv) otros beneficiarios que, de tiempo en tiempo, determine el Fideicomitente. También se pueden constituir varios Fideicomitentes; cada persona natural o jurídica que aporta bienes al Patrimonio del Fideicomiso es considerara un Fideicomitente.


En adición a lo anterior, el Fideicomitente o los Fideicomitentes puede(n) designar varios beneficiarios, establecer niveles o prelaciones, nombrar sustitutos y/o establecer parámetros y condiciones respecto de éstos. El Fideicomitente también puede nombrar un Protector, que puede ser una persona natural o jurídica, con las facultades y deberes que éste disponga.


¿Cómo se administra el Patrimonio?


El Fideicomiso ejerce su personería jurídica a través del Fiduciario, es decir, el Fiduciario mantiene la titularidad de los bienes que conforman el Patrimonio, de forma separada a los propios y del Fideicomitente y, actúa en nombre y representación del Fideicomiso en la disposición de dichos bienes. Dicha representación puede ejercerla el Fiduciario de la misma forma en que el Fideicomitente la ejercía cuando mantenía los bienes bajo su titularidad. El Fideicomiso, como toda persona natural y jurídica, tiene capacidad para contraer derechos y obligaciones.


En esta estructura, el Fiduciario aporta un valor agregado en la administración y ejecución del Patrimonio ya que éste cuenta con personal y miembros que acompañan al Fideicomitente con asesoría profesional en las decisiones que deba tomar respecto de sus bienes.


Entre tiempos de incertidumbre, es fundamental separar lo controlable de lo incontrolable. Una vez que hacemos esa separación, podemos abordar lo que podemos controlar para maximizar nuestras posibilidades de éxito y la planificación patrimonial es una de estas. En Ipal Trust siempre alentamos a nuestros clientes, sean cuales sean sus circunstancias, a establecer su planificación patrimonial, y en estos tiempos de gran incertidumbre, este mensaje nunca ha sido más importante, estamos aquí para asesorarle.

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